Tras unos días de vuelta a la rutina, resulta que las vacaciones aún no se han olvidado. Resulta que, aparte de caminar, ver bisontes y osos, algún chapuzón veraniego y disfrutar de la gastronomía aragonesa, en la última escapada vacacional pudimos disfrutar de una estupenda visita a uno de los laboratorios más importantes de investigación científica de la península: el Laboratorio Subterráneo de Canfranc.

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