En la búsqueda de eventos poco probables o de interacción débil, es de vital importancia la instalación de detectores en laboratorios subterráneos así como una cuidadosa selección de los materiales que constituyen los componentes y blindajes de tales detectores con el objeto de reducir el fondo radiactivo presente. El cobre de elevada pureza es un candidato adecuado debido a su bajo nivel de radioisótopos y sus favorables propiedades mecánicas, eléctricas y térmicas.

El proceso de electroformación de cobre permite obtener piezas con espesor y dimensiones requeridas además de una radiopureza excelente. Este técnica consiste en la fabricación de piezas mediante la deposición eléctrolítica de metal (cobre) sobre moldes en el seno de una cuba electrolítica. Una vez alcanzado el espesor y rigidez adecuados en la capa de cobre, ésta se desmolda obteniéndose de este modo la pieza final, independiente por sí misma. Igualmente incluso cuando se precisa de una elevada pureza, es posible introducir mejoras electrolíticas y químicas adicionales en combinación con un proceso final de limpieza.