Una de las manías más fértiles de los físicos de partículas es su obsesión con las simetrías, una obsesión que ha cimentado el Modelo Estándar, tan de moda estos días con el descubrimiento del bosón de Higgs. Pues bien, el año pasado inaugurábamos las conversaciones en el Hotel Santa Cristina, entrevistando a dos pesos pesados del oficio, Dave Nygren y Alessandro BettiniNoblesse oblige, este año entrevistamos a dos mujeres, Concepción González-García —Concha— y Ariella Cattai —Ari.

La simetría, como habrá adivinado el lector, no es otra que la de la paridad, una palabra de moda estos días, aunque a menudo más por el ruido que por las nueces. Curiosamente, en la naturaleza, la simetría de paridad no es otra que la reflexión en un espejo. La idea de hombres reflejándose en mujeres (materia-antimateria, el viejo ideal hermafrodita, el espejo de Alicia separando para siempre ambos sexos) es inquietante, pero atractiva. Nygren y Bettinni son dos primeras espadas, ya lo hemos dicho. También lo son Concha y Ari, la primera una autoridad mundial en fenomenología de neutrinos, cuyos trabajos han sido referencia en el campo durante más de una década, la segunda una de las grandes damas de la instrumentación en el CERN. Concha es catedrática ICREA y profesora en la Universidad de Nueva York en Stony Brook, Ari dirige los estudios del CERN enfocados a la nueva generación de detectores de partículas. No se puede pedir mucho más a sus carreras profesionales. Y sin embargo, como veremos, ambas se han tropezado con el techo de cristal, ese insidioso mecanismo de ruptura de simetría, siempre en una dirección, siempre a favor de los mismos.

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Jot Down - 10-11-2013