La primera fase de las obras de en refuerzo está ejecutada al 70. El recinto estará listo en la primavera de 2010.

El laboratorio subterráneo de Canfranc contará con un sistema electrónico de medición que permitirá detectar en todo momento cualquier mínimo movimiento que se produzca en la montaña bajo la que se encuentra.

Esta es una de las nuevas medidas que se han adoptado en estas singulares instalaciones, que se cerraron en marzo de 2007 a raíz de un desprendimiento de la cúpula de la sala experimental, para dotarlas de las máximas garantías de seguridad posible las obras de refuerzo del recinto, que comenzaron el pasado marzo, avanzan al ritmo previsto y la Universidad de Zaragoza espera ponerlo a disposición de los equipos que investigar investigarán en su interior en la primavera del año que viene.

Durante los trabajos se ha llegado a registrar un desplazamiento máximo de 1,2 mm, mientras en el resto de las ocasiones se han limitado a décimas de milímetros. “Estamos hablando de que se produce movimientos igual que en un edificio cuando se asienta el terreno. El sistema de sensores es de tal precisión que percibimos hasta cuando pasan los camiones por el túnel de Somport”, pone como ejemplo el rector para infraestructuras de la Universidad de Zaragoza, Joaquín Royo

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