Las candidaturas europeas son siete y la elegida se conocerá a mediados de 2010. La obra de ingeniería requiere ocho años de trabajos y 400 millones de inversión.

Canfranc puede ver reforzada su imagen en el mundo de la Física. Si ya cuenta con el segundo mayor laboratorio subterráneo de Europa, el macizo del Tobazo se ha convertido también ahora en uno de los siete candidatos europeos a albergar un pionero detetor de neutrinos, a base de tanques de agua muy pura situados bajo tierra. Una gran obra de ingeniería de ocho años de trabajos y con una inversión de unos 400 millones de euros.

La comunidad científica europea, con el objetivo de buscar el lugar idóneo para este megadetector, ha iniciado un proceso de estudio, valoración y selección entre siete posibles emplazamientos. Se trata del proyecto Laguna, aunque suene a ciencia ficción. Actualmente, la referencia mundial de este tipo de investigación es el detector japonés Superkamiokande, una caverna subterránea de 50.000 metros cúbicos de agua pura rodeados por cerca de 11.000 tubos fotomultiplicadores. La estructura cilíndrica japonesa tiene 40 metros de alto y otros tantos de ancho. Es el observatorio más avanzado del mundo y de él ha salido un Premio Nobel.

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